miércoles, 8 de agosto de 2018

Navega

Suelo hacer referencia al mar cuando escribo, porque representa muchas cosas para mí. Al haberme criado en la costa siempre ha sido un elemento presente en mi vida. Le tengo mucho respeto, y siempre le he tenido cierto miedo. Es vasto, cruel y misterioso. Una tormenta en alta mar puede convertirse en una condena segura. Hasta el simple hecho, casi cotidiano, de alejarse demasiado de la orilla nadando puede resultar fatal. Pero también hay belleza en él. Me inspira añoranza, y esa superficie eterna e inmensa evoca libertad. Poder ir en cualquier dirección sin más obstáculos que la fuerza de tus brazos para sobreponerte a la marea. No puedo evitar comparar a menudo la vida con el mar. Y esta reflexión es una forma, un intento de autoexplorar mi subconsciente, porque desde antes de empezar a escribir esto ya sabía que sería sobre el mar.

Una ola solitaria baña la cubierta
Frío que cala, despierta el alma
Encuentro cordura en la resaca
Sobriedad en la abstinencia

Icé mis velas con orgullo
Alcé la cabeza hacia el frente
La noche me habló en susurros
Promesas de días mejores

Hoy mis cabos están rotos
Velas destrozadas y colgantes
¿Dónde quedó mi honor?
¿Dónde quedaron las promesas?

Hoy no encuentro el calor del ayer
Hoy no veo el sol prometido
Se ha puesto junto con tu mente
Se ha ido junto con mi alma

¿A dónde me llevas, brújula,
si mi puerto se ha hundido?
¿Cuál meta alcanzar me queda
en esta marea de sueños perdidos?

Recojo los restos de mi timón
Despliego polvorientos mapas
Opuesto al viento impasible y feroz
Sin rumbo pero en mi puño mi alma

Navega, sin añorar puerto pasado
Navega, sin olvidar la tierra besada
Pues no es vana herida recibida
Pues no hincha vela viento de antaño

Ojalá creer mis propios cantos
Como promesas de puertos venideros
A la oscuridad toda sombra es recuerdo 
La niebla un funesto manto

¿Por qué, cruel mar, nos separaste?
¿Por qué permití que ocurriera?
Desconozco ya si hay culpable
De esta triste y burda comedia

Guardo en mi cofre añoranza
Atesoro memorias y sonrisas
Gritos, abrazos, lloros y rabia
De la brisa me acuna la sinfonía

Mi musa secuestró mi anochecer
Sólo me resta la vigía, solitario
Oteo en el horizonte un amanecer
Uno negro, cruel y nefario

Ojalá vuelva mi ansiada alba
Ojalá bese de nuevo tierra
Ahora sólo beso esta botella
Sólo amo versos de mi tragedia

martes, 23 de enero de 2018

Dulce melancolía

Llevo mucho sin escribir aquí. Tampoco es como si fuese a verlo mucha gente (por no decir nadie), así que tampoco me preocupo. Esto es más mi rincón para desahogarme y soltar todo aquello que quiero gritar. Y por eso estoy aquí.

Abrázame dulce melancolía,
antes prefiero tu gélido abrazo.
Abrázame dulce melancolía,
eternamente, suavemente, bailando.

Cuántas veces icé velas en tus puertos
y sin dudar tomé cuánto creí mío
cuántas noches de hambre y miedo
Dieciesiete cuchillos pagué en filos.

Noche, ten piedad de este marinero
que eternamente vaga por tus veras
sin ojos, sin hiel, sin rumbo, sin techo
Sin calor, sin agua, sin lecho, sin tierra.

Antes prefiero tu gélido abrazo,
a probar el gélido beso del olvido.
Antes prefiero tu gélido abrazo,
a perderme en la cordura del vacío

Mil demonios corean mi nombre
más no hay voz capaz de ahogar
el desgarrado lamento de un hombre
que ha perdido el calor del hogar

Abrázame dulce melancolía,
porque antes moriría en tus nieves
que una eternidad sin vida
en los campos de tu ausencia.

Abrázame, dulce melancolía,
abrázame, destrózame, quémame
nada más quiero en esta vida
así que, por favor, abrázame.


domingo, 16 de octubre de 2016

De locos

¿Quién no ha tenido relaciones extrañas con otra gente? Ya no sólo amorosas, si no por ejemplo amigos con los que te comportar de una manera peculiar que no podrías con nadie más. Si bien lo que pretendo expresar aquí no es exactamente eso, sí que tiene que ver con ello. Con algo totalmente loco, ilógico y desde el punto de vista de muchos, insano. Y no me importa. No me importa mientras a ti tampoco. Mientras me quieras a tu lado, mientras aun logre hacerte sonreír, mientras haya algo en ti que aun sienta algo por mi, estaré ahí contigo.

Me apartas, y dices llorando
 "No podemos estar juntos"
Lo acepto y me alejo, sangrando
¿Qué más podría hacer?

Pero la fuerza que nos atrae
es más fuerte que las palabras
Es como un volcán en erupción
Una marea imparable

Te hago daño, y me odio
me haces daño, y te amo
y a pesar de todo, seguimos
con esta extraña obra

Te hago daño, y me perdonas
me haces daño, y lloras
Me dijiste "vete", ingenua
pues tus ojos decían "bésame"

"Aquello se acabó"
Aseguramos, con palabras vacías
Y luego nos amamos con las palabras
Nos deseamos desde el alma

¿Cómo puede ser si esto, dices
se ha acabado ya
que te siento con más fuerza
y que tus palabras son más sentidas?

Si me necesitas, grita
y estaré a tu lado
Si te sientes mal, llora
y no dejaré que sufras

¿A quién le importa
nuestra extraña química?
Nuestro funcionamiento imperfecto
sólo lo hace más bello

Olvídate de todo
No le busques un nombre
Tan sólo coge mi mano
y soñemos juntos

viernes, 7 de octubre de 2016

¿Siempre?

Muchas veces usamos la expresión "para siempre" a la ligera. Me resulta difícil, de hecho, pensar un contexto en que sea totalmente correcto emplearla. Al fin y al cabo, todo tiene un final. Sin embargo eso no nos detiene a la hora de pronunciar esas palabras, sin pensar en sus implicaciones o consecuencias. En el momento pueden sonar hermosas, una frase mágica capaz de disipar toda preocupación o angustia. En este loco mundo en constante movimiento, ¿a quién no le gustaría tener algo fijo, que sabe que permanecerá inmutable al paso de los años? ¿Algo en que refugiarse en sus peores momentos, que nunca le traicionará? ¿Acaso alguien con toda certeza podría decir que no querría en su vida un "para siempre"? Si bien no me extrañaría si apareciese alguien diciendo lo contrario, me pregunto si dicha persona realmente estaría siendo sincera consigo misma. Pero por mucho que nos guste creer en ese "para siempre", no existe. El cambio es algo inherente a este mundo, y la única manera de sobrevivir es adaptarse. Pero, ¿cómo sobrellevar la dureza del desengaño, cuando creíste en esas dulces y traicioneras palabras? ¿Cuando la sinceridad de quien las pronunció era evidente? ¿Cuando calaron tan hondo en ti que realmente llegaste a tirar por borda todo cuanto creías saber y aferrarte a esa convicción?

...contigo para siempre
susurraste dulcemente
y tu - acunó mis penas
mis fantasmas huyeron

Pasaron mil días
mil pruebas, mil errores
risas, -, lloros, palabras
y la llama, fuerte aun ardía

Cometí mil y un errores
¿Cuántas veces por mi causa,
por mi estúpida inseguridad,
derramaste ríos de dolor?

 "Tú siempre estás perdonado"
Mis heridas curabas sonriendo
mientras las tuyas ocultabas
restando importancia a tus cargas

Siempre, dijiste una y otra vez
y maldito sea si digo que te creí
pero cómo no tomarse el veneno
cuando eres tú quien me lo tiende

Pasaron los años
la llama tan fuerte ardió
que a sí misma se consumió
y nuestro - llegó a su fin

...contigo para siempre
pero yo aun te -
dulcemente me apuñalaste
y el vacío me llevó

No hay dolor o alegría
no hubo nada salvo restos
no hubo funeral
no hubo despedida

Y finalmente comprendí
y la realidad me golpeó
"Para siempre"
Triste y dulce veneno

miércoles, 30 de octubre de 2013

Tormentas

Masoquismo supongo que define bien esta situación. Se muy bien lo que pasa cada vez que me dejo llevar por la ira y por las pasiones del momento, pero no hago más que tropezar en la misma piedra. Siempre es el mismo ciclo. Empiezo a pensar si inconscientemente no disfrutaré del drama, porque si no, no me explico mi propio comportamiento. 

Tormentas

Otra vez vuelve a pasar
¿Era inevitable, o soy yo?
Dos vendavales chocan
Destrozándolo todo

Baile mortal e irrefrenable
Emociones cruzadas
Tornado de triste rabia
Estallido de pasiones

Somos como bombas
Bombas con imanes
Atracción inevitable
Con un trágico final

Tras el violento hurazán
Llega la reflexión
Tristeza y remordimiento
Y finalmente el perdón

Es como un ciclo
Tormentas primero
Luego lluvias tristes
Finalmente calma

Parece inevitable
Porque aunque duela,
Es casi una adicción
Masoquismo destructivo

sábado, 26 de octubre de 2013

Azul frío

A veces cuanto más distante se muestra algo más queremos obtenerlo. Parece que los humanos somos una causa perdida, que busca lo que no tiene y difícilmente puede tener. Sin embargo nada nos puede quitar el derecho a soñar con tenerlo o a intentarlo. ¿Qué sería la vida sin sueños?

Azul frío

Belleza, terrible y inmisericorde
Frío que atraviesa los huesos
Impasibilidad total, mutismo
Distante sonrisa de hielo

Con calor y fuego me cubro
Intento obtener respuesta
Una simple y única mirada
Un adorado y valioso suspiro

Mis fuegos se apagan
El calor se enfría
Nada perdura, nada aguanta
Tu hermoso frío azul

Avanzo entre nieves perpetuas
Y cuando parezco progresar
La ventisca de tu risa,
¡Ay! Irónica, me congela

¿Y qué si perezco de frío?
Aguantaría mil años de nieves
Mil glaciales gestos condescendientes
Me congelaría hasta ser hielo

Sería un bloque de puro azul frío
Si con ello logro estar más cerca
Más cerca de sentirte a mi lado

Más cerca de estar contigo

viernes, 25 de octubre de 2013

Día del miedo

Yo siempre fui una persona solitaria. Siempre estuve acostumbrado a estar solo, y como hasta cierta edad las personas a las que realmente podía llamar amigos los podía contar con los dedos de una mano, nunca tuve problema con pasar las horas solo, reflexionar sobre diversos temas, intentar comprenderme a mi mismo. Me molestaba ser tan cerrado con los demás y estar aislado del mundo como estaba, pero al mismo tiempo me gustaba tener tanto horas para mi mismo. Sin embargo crecí y cambié. Ya no soy aquel chiquillo solitario, y me acostumbré a estar rodeado de gente que me apreciaba y me distraía de mis propios problemas personales. Me "ablandé" en cierto modo. Y ahora he descubierto que tengo miedo a quedarme solo mucho tiempo. Tal vez tenga miedo a ver quién soy, a volver a reflexionar sobre todo como hacía antes. Tal vez tenga miedo de mi mismo. El caso es que ya no me gusta estar solo, y la mera idea me resulta desagradable. En ciertos momentos es inevitable. No me molestan un par de horas, pero si el tiempo se alarga y no logro distraerme con algo, mal va la cosa. No diré por qué hago este poema. Hay personas que lo entenderán, y prefiero que lo interpreten ellas mismas y que entiendan cómo me siento. La persona a quien dedico esto (Lo sabrá nada más leerlo) que sepa que no lo hago a mal. Tan sólo necesitaba desahogarme.

El día del miedo

En pie, calmado y vigilante
Contemplas las mareas por venir
Temes la calma acechante
Quedar la deriva, abandonado

Día a día trazas la trayectoria
Sabes que podría llegar
El momento que te agobia
Tratas de olvidarlo, te calmas

Odias el silencio absoluto
La negrura asfixiante
El mar en calma, impoluto
La ausencia del viento, aterrante

Pasan las hojas del calendario
Una mano amiga se tiende hacia ti
Cual puente de calor solidario
Ya no temes la calma

Esperanzado, avanzas sin miedo
Nada puede pararte ya
La voz amiga que cobija tus anhelos
Es tu fortaleza y tu baluarte

Llega el día temido y esperado
Aguardas desafiante, esperanza en mano
Sin embargo la mano no aparece
La fortaleza se quiebra en pedazos

La negrura te invade y te sacude
Estás en calma, silencio, soledad
Invadido por una tormenta interna
La lluvia triste del alma te sume

Las horas se vuelven eternas
Como siempre en los malos momentos
La percepción juega en tu contra
El tiempo se une a la calma en dueto

¿Cómo dudar de aquella mano?
Con lágrimas en el rostro contemplas
Buscas, en el nublado horizonte
Alguna señal de su estela

Desesperanzado, pero aun con fe
Esperas que llegue a buscarte
A sacarte de tu caos interno
De tu soledad salvarte

Al final te haces a la calma
Entiendes que lo que temías
No era tan indeseable
Haces las paces con tu soledad

Reflexionas entre brumas
La niebla de tu propia incompresión
Sobre tu pasado, tus acciones
Ya no tienes miedo

Comprendes lo que nunca temiste
La calma nunca fue un problema
Descubres tu ya extinto miedo
El reflejo de ti mismo en la calma

Ya no te duele la soledad
Ya no la calma silenciosa
Te duele su ausencia
Como mil clavos, mil golpes

Golpes desearías recibir
Pues nada puede describir
El dolor interno que padeces
Peor que cualquiera físico

La calma parece acabarse
El viento vuelve, perezosamente
Las brumas se disipan

Pero estás más solo que antes